Blog del Dr. Sergio Arroyo

Los niños que comen con sus padres

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Por: Dr. Sergio Arroyo

¿Por qué es importante comer en familia?

¿Debemos obligar a los niñ@s, a comer?

En la actualidad, el hábito de comer en familia ha venido decayendo.

Las familias con niños pequeños, son las que más buscan conservar la rutina de comer juntos. Las familias con hijos adolescentes, ya tienen otros horarios y actividades, por lo que cambian las rutinas, ocasionando que la convivencia familiar se vea afectada.

 FAMILIA

El principal beneficio de comer en familia, es la comunicación, ya que es en ese momento que se fortalecen las relaciones. Niños y adolescentes pueden comentar lo sucedido en el colegio y los adultos hacen planes o puntualizan una noticia.

Los niños que comparten la mesa logran,    –entre otras cosas-, un mayor desarrollo verbal que aquellos que comen solos, ya que participan en las conversaciones y ven el comportamiento y la forma de comer de sus padres.

En un estudio realizado en la Universidad de Minnesota, -en adolescentes-, encontraron que los que comían en familia, desayunaban más seguido, consumían más fruta y eran menos propensos a la depresión y al sobrepeso.

Al comer en familia, se aprenden modelos de comportamiento, el de la alimentación sana, donde se comparten los mejores hábitos alimenticios. La cooperación, como preparar algo sencillo o ayudar a poner la mesa. Los hábitos de higiene, donde todos se lavan las manos y después los dientes.

También los buenos modales y hábitos en la mesa, -evitar ver la TV, Celulares y pararse antes de tiempo-.

Es importante, recordar que cuando se come en casa, con la familia, se suele ahorrar buen dinero. El compartir la comida, también fortalece el sentido de pertenencia, ya que por nuestras actividades, tenemos pocas oportunidades para estar con la familia.

¿DEBEMOS OBLIGAR A LOS NIÑOS, A COMER?

Es muy frecuente en la edad preescolar y en algunos casos escolares -de 2 a 5 y de 6 a 12 años-, que ocurran los padres al médico pediatra, refiriendo que el niñ@ “come muy poco” o que solamente “come sus antojos” –Anorexia selectiva- y que por eso, tienen un grave problema.

Debemos hacer antes, algunas consideraciones: La cantidad de alimento que solicita cada niñ@ es muy variable y en algunos casos rechazan la comida por llamar la atención, otros niñ@s por tener preferencia para comer golosinas o antojos, etc.

La mejor forma de valorar, las repercusiones de la alimentación, es observar las curvas de peso y talla     –percentilas-, en los registros periódicos de su pediatra.

En mis años de práctica, “No he visto a ningún niñ@, morirse por hambre” –teniendo alimentos a la mamo-. Y en la literatura médica tampoco se registran fallecimientos, con ese tema.

De hecho la inmensa mayoría de los padres, que se quejan por que los niños no comen, suelen tener desacuerdos conceptuales, en torno a las comidas.

“Los niñ@s comen por hambre y siempre terminan comiendo”.

niño regañado

 Cuando ya están acostumbrados al juego del estira y afloja, en el que los padres persiguen y amenazan a los niñ@s para que coman, -“no te levantas de la mesa, hasta terminar todo” y “tienes que comer, ya que otros niños no tienen nada”, etc. – ahí se presenta el enojo y la rebeldía, de padres e hijos.

Es muy importante, “no obligar a los niños a comer” y se recomienda a las familias cuyos hijos “comen mal”, a que no los persigan o castiguen para comer, sino que por el contrario, “ que esperen a que los niñ@s tengan hambre”, que platiquen gentilmente con los niñ@s y logren “buenos acuerdos”, para asegurarse que tengan una alimentación sana y equilibrada”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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